Este blog se ha creado para dar a conocer el proyecto de aula "cuando leo aprendo y cuando aprendo respeto"
lunes, 24 de noviembre de 2014
LA MAMÁ MÁS MALA DEL MUNDO
Nosotros tuvimos la mamá más mala del mundo, mientras otros niños comían lo que querían, papas fritas, gaseosa y chitos, nosotros teníamos que desayunar cereal, huevos, leche y queso. Cuando otros niños tomaban muchos refrescos y comían sin cesar dulces, empanadas, perros calientes y hamburguesas, nosotros teníamos que tomar sopa, comer frijoles, aguas hervida, verduras, carne y pescado.
Cuando fuimos creciendo se hizo más mala, nuestra madre insistía en saber donde estábamos, parecía que ella fuera detective y nosotros estuvieramos encarcelados. Tenia que saber que hicimos en el colegio, revisar los cuadernos, ir al colegio a preguntar como ibamos y luego averiguar quienes eran nuestros amigos o con quien andábamos y lo que estábamos haciendo a cada instante. Nos insistía mucho en que si decíamos que nos íbamos a tardar una hora en algo o en algún lugar, debíamos tardarnos solamente una hora y dejar la dirección y el teléfono del compañero con quien debiamos trabajar o el teléfono de la coordinadora del colegio para confirmar la información que le dabamos.
Pero siguió siendo cada vez más mala. Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la ley del trabajo de menores de edad. Nos enseñó a lavar la loza, tendíamos nuestras camas, barríamos y trapeábamos nuestra habitación, lavábamos nuestra ropa, nos mandaba a la tienda de la esquina a que le hiciéramos mandados y aprendimos cosas muy crueles como cocinar y otras que de plano no queremos recordar. Nos parece que se quedaba despierta toda la noche pensando que podía hacernos al día siguiente para molestarnos.
Cuando llegamos a la adolescencia fue más sabia y nuestras vidas se hicieron más terribles. Siempre insistía en que dijéramos la verdad y que le tuviéramos confianza. Nadie nos podía chiflar o pitar para que nosotros saliéramos corriendo, pues nuestros amigos tenían que tocar la puerta de nuestra casa y preguntar por nosotros. Se convirtió en una metiche total; quería que le informáramos el nombre de cada amigo; quienes eran sus padres, a que se dedicaba nuestro amigo y sus padres donde vivían; a que colegio asistía nuestro amigo y que estudios cursaba y muchas cosas más, sobre todo cuando queríamos ir a alguna fiesta, ya ustedes se han de imaginar. Por eso digo que nuestra madre fue un fracaso completo.
Sin embargo ha pasado el tiempo y ninguno de nosotros ha sido arrestado por vago, ebrio o por tener problemas con drogas. No hemos participado en actos de violencia. Cada uno de nosotros estamos trabajando para lograr un mejor futuro y solo nuestro esfuerzo será lo que nos haga cada día mejor. A nadie podemos culpar de nuestro futuro, cualesquiera que sea, nuestra madre hizo que nos convirtiéramos en adultos educados, respetuosos, honestos y trabajadores.
Ahora que soy madre, estoy educando a mis hijos con las mismas enseñanzas y de la misma manera que mi madre nos educó. Me siento muy orgullosa cuando mis hijos me dicen que soy mala, muy mala madre. Verán, les digo, con el tiempo ustedes le darán gracias a Dios por haber tenido, como yo la tuve, la mamá más mala del mundo.
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